¿Cuánto tiempo y atención dedicas a la vida de las personas que te rodean?
Estamos viviendo a una velocidad tremenda y el tiempo nos gana a veces, es decir, en ocasiones llegamos al viernes casi sin darnos cuenta que ya se ha pasado la semana. ¿También tienes esta sensación?
Y esto nos deja en un automático ciego que nos impide estar presente para nosotras mismas. Sin embargo sacamos energía de nuestras entrañas para todos los demás (hijos, pareja, padres, amigas, etc)
Te has preguntado alguna vez «para qué» haces eso?
Hay una parte que sale directamente de tus responsabilidades cotidianas, aunque estar por ti, escucharte, cuidarte y atenderte, también es prioritario.
A lo que voy es ¿Cuáles son las cosas que te autoimpones, para no hacer aquellas que te alimentan el corazón? Esas cosas que cuando las piensas, cierras los ojos, suspiras y se te escapa una sonrisa. Sí, esas…
A veces nos saboteamos ese «estar presente para nosotras» porque allí detrás de atrás, hay frases incrustadas difíciles de trasgredir. Esas conversaciones internas que parecen tener un peso ineludible en nuestras vidas.
Te invito a observar esas charlas contigo misma, respirar, bajar el ritmo y volver a dibujar tu lista de prioridades. Casi con certeza diría que no son la cantidad de cosas que hacemos en un día, las que nos desconectan, que también, sino más bien «lo que nos estamos diciendo a nosotras mismas, en esas charlas internas, acerca de todo lo que tenemos que hacer».
Observa en tu cuerpo si alguna parte del mismo, se contrae o se estremece al pensar en tus actividades diarias y respira…escucha, digiere y sigue.
Postergarte por los demás, es sabotearte. Ves donde tengas que ir y haz lo que tengas que hacer, por ti y para ti. Si creas éste habito, te aseguro que el tiempo para dedicarte, aparecerá mágicamente.
Con amor, Andrea