¿Te autosaboteas ayudando a los demás?

¿Cuánto tiempo y atención dedicas  a la vida de las personas que te rodean?

Estamos viviendo a una velocidad tremenda y el tiempo nos gana a veces, es decir, en ocasiones llegamos al viernes casi sin darnos cuenta que ya se ha pasado la semana. ¿También tienes esta sensación? 

Y esto nos deja en un automático ciego que nos impide estar presente para  nosotras mismas. Sin embargo sacamos energía de nuestras entrañas para todos los demás (hijos, pareja, padres, amigas, etc)

Te has preguntado alguna vez «para qué»  haces eso?

Hay una parte que sale directamente de tus responsabilidades cotidianas, aunque estar por ti, escucharte, cuidarte y atenderte, también es prioritario.

A lo que voy es ¿Cuáles son las cosas que te autoimpones, para no hacer aquellas que te alimentan el corazón? Esas cosas que cuando las piensas, cierras los ojos, suspiras y se te escapa una sonrisa. Sí, esas…

A veces nos saboteamos ese «estar presente para nosotras» porque allí detrás de atrás, hay frases incrustadas difíciles de trasgredir. Esas conversaciones internas que parecen tener un peso ineludible en nuestras vidas.

Te invito a observar esas charlas contigo misma, respirar, bajar el ritmo y volver a dibujar tu lista de prioridades. Casi con certeza diría que no son la cantidad de cosas que hacemos en un día,  las que nos desconectan, que también,  sino más bien «lo que nos estamos diciendo a nosotras mismas, en esas charlas internas, acerca de todo lo que tenemos que hacer». 

Observa en tu cuerpo si alguna parte del mismo, se contrae o se estremece al pensar en tus actividades diarias y respira…escucha, digiere y sigue.

Postergarte por los demás, es sabotearte. Ves donde tengas que ir y haz lo que tengas que hacer, por ti y para ti. Si creas éste habito, te aseguro que el tiempo para dedicarte, aparecerá mágicamente.

Con amor, Andrea

Abrazar lo inabrazable

¿Puedes contar con los dedos de una mano las veces que pasaste momentos dolorosos? Seguro que sí, y quizás te falten manos…

Esta frase «Abrazar lo inabrazable» es el titulo de un libro de Pema Chodrón que te  recomiendo. El caso es que para mi estas palabras son esclarecedoras. Abrazar los sucesos amargos que la vida nos regala tanto como los dulces es todo un desafío que nos lleva hacia adentro en lo profundo. ¿No crees?

Sin embargo creo fervientemente, por experiencia propia, que lograr tomar las riendas de nuestras emociones es totalmente liberador y transformador.

Y tu dirás, si muy bonito, y eso cómo se hace…?

Aquí va mi sugerencia:

  • Miedo: permite que te hable y escucha lo que tiene para decir, no quieras sacarlo o rechazarlo, transítalo.
  • Enojo/ira: es la reacción de esa voz en ti que te habla de los deseos frustrados. Mira cual es el deseo oculto detrás del enojo.

Reconoce estas emociones sin mente negativa, esos miedos y enojos a través de la meditación bailada, es decir ponte una canción que resuene con cada emoción y dale rienda suelta al movimiento. 

Toma el compromiso contigo misma para desarrollar una disciplina interna que te permita navegar en tu mundo interior. De la misma forma que tienes una disciplina personal para ir a trabajar cada día y obtener dinero.

Te propongo lo siguiente: 

  • Cada día al despertar siéntate en la cama
  • Abrázate (como yo estoy en la foto) puede ser de pie o sentada en la cama, con ojo abiertos leyendo la frase o cerrados si la memorizaste.
  • Y acunándote en ese abrazo, repite 3 veces.

«HOY ME ABRAZO DESDE EL AMOR, LA ESCUCHA, LA ACEPTACIÓN DEL GOZO, EL DOLOR Y LO QUE LA VIDA ME TRAIGA, AUNQUE SEA DIFERENTE A LO QUE  ESPERO»

Prueba esta dinámica durante 21 días seguidos y me encantaría que me contaras cómo te fue.

Con amor Andrea

Conviértete en Potenciadora!

He elegido esta imagen (aunque falta una hermosa mujer) para escribir el post de hoy. Ellas en especial, y unas cuantas más,  me apoyaron y acompañaron en mis clases de baile,  me siguieron y me enseñaron a modo de espejo como superarme cada día en la docencia. Y de esto hace ya mas de veinte años, cuando llegué a Barcelona.

Conocí en el camino muchas mujeres poderosas desde sus entrañas a las cuales la danza suavizaba. Otras, en cambio, en plena ebullición permitían que el movimiento lanzara desde sus adentros, la opresión contenida.

Hoy me gustaría compartir contigo 3 pasos para avanzar en el camino de tu crecimiento personal y espiritual que te ayudaran a comprenderte en el trayecto.

1- Cambia tus Palabras: observa qué palabras utilizas para hablar contigo misma, la exigencia y el querer llegar a todo, a veces hace que  la forma de dirigirte hacia ti no sea amable. Quizás te dices «que tonta no me di cuenta» o «que bruta soy» etc. Aunque algunos adjetivos te parezcan inocentes, no los subestimes. Cambiando las palabras con las que te hablas a ti misma, modificarás tu comunicación con los demás.

2- No Juicio ni Cotilleo: las mujeres tendemos a poner bastante atención en lo que hacen y dicen otras personas, generalmente féminas. Poner energía en la vida de los demás como un hobby o habito, no es saludable, te quita brillo, luz y tiempo. Genera celos, envidia, ira etc. Totalmente inservible ocupar un tiempo valioso de tu vida en hablar de la vida de otras personas, cuando nada sabes de sus heridas, no crees?

3- Cultivar tu Vocabulario: incorporar en tu estudio una amplia gama de sinónimos para comunicarte interna y externamente contigo misma. Encontrar frases motivadoras que validen tus emociones y acciones, es decir «brava por lograr poner este límite» u «hoy permite que la angustia y tristeza salgan, mañana lo verás más claro» etc. 

Busca en tu interior cuales serían esas frases alentadoras,  poténciate, cultívate, desarróllate, obsérvate, dedícate tiempo y atención no sabes cuando tu Alma decidirá prescindir del recipiente que es tu cuerpo.

!Que tengas un Día Feliz Mujer!

Gracias por leerme.                                                                                      Con Amor Andrea

Escucha tu narrativa interna

Integrar el habito de escuchar lo que «dice nuestra cabeza acerca de lo que sucede fuera de ella» es todo un desafío, ya que cada pensamiento genera emociones que quizás sean desatendidas debido a los tiempos veloces que vivimos.

En ocasiones no hacerlo trae como consecuencia el atasco emocional en algún rincón de nuestro cuerpo físico, enfermándolo.

Uno de los estados que sigo trabajando es que no me perdono el haber sido permisiva con mi ego y dejarlo que me distraiga demasiado tiempo con el escenario. Y aunque cada actuación a sido liberadora en cuanto a la gestión emocional generada, puedo decir con certeza que estiré demasiado esa cuerda.

Sé que no sería la que soy sin todas esas vivencias, las dulces y las amargas y me siento a gusto recordando acontecimientos.  Simplemente observo que de haber dedicado más tiempo de escucha a mi  narrativa interna, hubiese retomado el camino un poco antes.

No me pregunté «para que hacía lo que hacía», hasta que mi cuerpo enfermo frenando la danza y todas mis actividades del día a día, era la mejor forma de llamar mi  atención.

¿Te ha pasado alguna vez?

Si no dedicamos tiempo a escucharnos, atendernos, cuidarnos, el mismo cuerpo se obstruye tras las emociones desatendidas, atascadas dentro de el.

Un gran desajuste en mi digestión (no digería lo que estaba viviendo) daba paso a un gran cambio. Es increíble la repercusión que tiene en la materia,  lo que vemos, oímos,  sentimos y nos decimos mentalmente a nosotras mismas.

Hoy creo firmemente que puedes dedicar tiempo a observar como te hablas a ti misma y modificar esas palabras para que sean siempre nutritivas para tu cuerpo y mente. Lo que pasa afuera está estrechamente ligado con lo que sucede dentro de ti.

Con amor, Andrea